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Las probabilidades de supervivencia de las empresas disminuyen cuando son creadas por dos o más personas que se asocian. Y es que una de las principales causas de fracaso de las empresas es la conflictividad entre personas asociadas.

Lo mismo ocurre en las empresas familiares, que conforme avanzan en los procesos de sucesión, y crece el número de socios/as, son menos las empresas que sobreviven.

Por tanto, el conflicto va a surgir en aquellas empresas donde hay más de una persona asociada, y es mucho más probable si además esas personas desempeñan un trabajo dentro de la empresa por ellas creada o heredada.

La mediación es un proceso que permite gestionar de manera adecuada los conflictos entre estas personas, velando por su futuro laboral y empresarial y por la supervivencia de la empresa.