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El impacto de la Inteligencia Artificial (IA), sus algoritmos y la robótica sobre los derechos fundamentales es notorio a la vez que inexorable. La tecnología puede potenciar el ejercicio de esos derechos y hacer más efectiva su garantía y protección, pero también puede vulnerarlos. Así, los desafíos jurídicos y éticos que la Inteligencia Artificial ha traído consigo son inconmensurables. Como decíamos, al mismo tiempo que tenemos que saludar los avances que la IA conlleva para diferentes sectores y agentes, debemos preocuparnos por todos aquellos motivos por los que puede causar un impacto negativo o que, cuanto menos, son proclives a ser analizados minuciosamente desde el Derecho, pero también desde el punto de vista del uso responsable y ético de la IA.Es por esta razón que profesionales y académicos de diferentes disciplinas han demostrado que la IA plantea numerosas cuestiones, dudas y preguntas sobre cuál es el mejor modelo de regulación para ser aplicado según del desarrollo de que se trate. En algunos casos, quizá sea más acertado que se desarrollen las aplicaciones y sistemas de IA siguiendo ciertos principios éticos. En otros casos, la fórmula correcta puede que no sea sólo la de este método, el de la autorregulación, sino que tiene que establecerse y aplicarse una regulación jurídica, desde el punto de vista del Derecho positivo.En esta sesión, se tratará de encontrar respuestas a preguntas que nos plantean temáticas como la de la IA generativa, los neuroderechos, la propiedad intelectual en el entorno IA entre muchos otros, pero el mejor resultado de todos, será que podamos plantearnos nuevas preguntas y nuevas reflexiones a partir de las que se harán ese día.Tras las exposiciones, tendrá un coloquio con los asistentes.Al final del acto se presentará la obra Derecho, Ética e Inteligencia Artificial, dirigida por la profesora Wilma Arellano Toledo y publicada recientemente por Tirant Lo Blanch.